Una pregunta sencilla pero fundamental en el contexto de la Mecánica Cuántica es la siguiente: si un átomo está formado de partículas con cargas positivas y negativas, ¿por qué este no colapsa? El modelo clásico predice que las cargas se atraerán indefinidamente y tenderán a una energía total del sistema tenderá a −∞ en un tiempo muy corto. Sin embargo, este no es el comportamiento observado en la realidad. En el caso del átomo de hidrógeno, el cual se puede resolver explícitamente, las energías posibles del átomo están acotadas por abajo. En el caso de tener sistemas de muchas partículas argumentar a partir del caso del átomo de hidrógeno no es muy satisfactorio, pues las interacciones son más complejas ya que se presentan fenómenos como lo es el apantallamiento de electrones o los enlaces químicos al momento de considerar varios núcleos.